Las tramas depravadas del régimen parecen no tener fin con ideas que bloquean la estabilidad y la paz en la península coreana y en sus alrededores. Al aumentar el número de desertores norcoreanos en China y en Corea del Sur, la última estrategia del régimen ha basado en mandar a espías disfrazados de refugiados cruzando todo el territorio chino y sudeste asiático hasta llegar a Corea del Sur. Una vez llegados ahí, planean como asesinar de forma más discreta posible a los ex-políticos y activistas provenientes de Corea del Norte que dedican actualmente sus vidas a promover los derechos humanos y criticar las acciones del régimen. Preparan armas que contienen veneno de alta toxicidad para disparar sin causar la reacción espontánea entre los posibles testigos.
Las historias de espionaje, que se pueden apreciar en las novelas de autores consagrados como John Le Carré, Tom Clancy o Ian Fleming, han sido una lucha constante entre los servicios de inteligencia de ambos países. Están pendientes de cada movimiento de otro bando y reaccionar cuando alguna circulación de algunos individuos es sospechosa y anómala. En la época de la Guerra Fría, ambas partes detectaban a sospechosos y asesinaban ordenando ejecuciones de forma inmediata. En el caso norcoreano, los espías son entrenados exhaustivamente imponiendo sobre todo el patriotismo hacia el gran líder Kim-il Sung y de constantes sesiones de lavado de cerebro. Si es detenido por las autoridades contrarias, se suicidan prontamente antes de ser enjuiciado.
El servicio de inteligencia surcoreano junto con las autoridades del país está realmente preocupado por el aumento de los "refugiados disfrazados" y toman medidas más urgentes para evitar un asesinato o un terrorismo de pequeña escala que podría costar vidas humanas. Cuando Alemania estaba dividida se estimó que había al menos 20,000 espías de la RDA en RFA. La estimación de los espías norcoreanos establecidos en Corea del Sur es aún desconocida por la dificultad que conlleva. Cualquiera puede ser un espía. Una persona más inesperada puede ser un espía. Aquel dato que tantas personas esperan, seguramente será revelado después de la posible reunificación de Corea.
Nota de la imagen: Aquí se refleja la ejecución de los espías norcoreanos por parte de las autoridades surcoreanas en el periodo de la Guerra Fría. La opinión pública surcoreana fue mayormente a favor de estas acciones por su rechazo absoluto al comunismo. El espionaje descubierto está considerado como un delito muy grave que puede ser condenado con la pena capital.
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