Si vemos esta imagen parece que la serenidad y la frescura abundan en los pastos y que el agua del río parece navegar con su ritmo habitual hasta llegar al Mar del Este. Esta imagen parece una de aquellas zonas donde el ser humano todavía no ha pisado aún. Pero he mirado fijamente esta imagen y me he equivocado. Resulta que el lado izquierdo es el territorio chino y la parte derecha es el territorio norcoreano. Parece que por las mañanas los soldados aún no se han despertado después de un largo trabajo vigilando por las noches. Son por las noches donde varias cabezas se asoman para burlar a ambos soldados y cruzar el río.
Los que escapan están inmersos en la concentración ya que su desorientación puede costar sus vidas suyas. Miran todos los rincones del río. Arriba. Abajo. Izquierda. Derecha. Cualquier objeto moviendo puede ser un peligro constante. Un pequeño aullido de un animal salvaje o un pequeño grito de un pájaro puede ser el peor enemigo de los desertores. Los que escapan repiten constantemente: "Sólo tengo que cruzar ese río y ya estoy en el paraíso". Han de cruzar en silencio y siempre agachados para que no les descubran. En invierno, el río se congela completamente y el cruce suele ser más asequible pero también hay serios riesgos de que el hielo se rompa y que sufra de hipotermia. Una mala pisada puede dar un pasaje directo al infierno blancozul. Si no se rompe, emancipación lograda del poder absorbente.
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