Estas mujeres de la imagen superior representan la belleza natural norcoreana. Sus rostros son redondos y sus ojos pueden ser grandes o de forma almendrada. Hay una palabra que define lo siguiente: Los hombres atractivos vienen de Corea del Sur y las mujeres bellas vienen de Corea del Norte. En su lindeza se mezclan magnetismo instantáneo y misterio íntegro que muchas norcoreanas residentes en Corea del Sur destacan orgullosamente su atractivo natural. Al menos, para las mujeres que habían residido fuera de la capital del país, el concepto de la hermosura se basaba en tener una cara circular.
En Pyongyang, las mujeres demandan en tener ojos mucho más grandes que las que tienen actualmente. Especialmente personas que pertenecen en la alta esfera de la sociedad norcoreana. Además, la solicitud de disminuir el tamaño de sus narices es, para ellas, otra prioridad para estar atractivas. Quizá hayan visto series surcoreanas a escondidas para tratar de imitar el estilo de vida creada de forma ficticia. Algunas se atreven incluso a presumir algunos peinados más conocidos en Corea del Sur por las calles de la capital siempre y cuando un guardia no les pare y le dé un toque de atención.
Para estas mujeres, la cirugía estética supone una adicción más. El sector más mayoritario y más pobre del país intenta olvidar la realidad a base de drogas sintéticas mientras que la parte minoritaria y más pudiente, concentrados en Pyongyang, tratan de quitar sus "complejos" a base de bisturí. No es de extrañar que el régimen norcoreano contrate a cirujanos de otros países para complacer a las mujeres de sus más leales. El boom de la cirugía estética en Corea del Sur ya es conocido por todo el mundo pero en ¿Corea del Norte? Todo esto puede que vaya en contra de la ideología Juche pero el instinto universal del ser humano para alcanzar sus particulares metas hacia la belleza perfecta quizá no existan fronteras.
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