28 ene 2014

¿Síntomas de desestabilización?


 Hace algunos años, ser seleccionada por sus aptitudes diversas y esculturales bellezas para estar en frente de un público recto sin gesto alguno y todos con el mismo traje marrón en Pyongyang era el mayor sueño que podían tener las jóvenes aspirantes en el país. Pero parece que la cosa está teniendo ciertos cambios en la ciudad. Los acontecimientos varios que sucedieron durante escasos años en Corea del Norte fueron suficientes para que no le llegara aquella carta de convocatoria en sus casas. Algunos padres insistían a sus hijas argumentando que era la única vía de salida para traer algo de comer a la familia pero actos de pronunciamiento son mayores entre las féminas que para evitar estar en los escenarios provocan lesiones en sus propias caras. Al observar discretamente la cotidianidad de los países vecinos, especialmente de Corea del Sur, sus mentes empiezan a decir lo contrario que incluso prueban estar en la frontera con China. 

 Otro de los aspectos más curiosos fue ver a dirigentes de la élite norcoreana ir a carpas de personas que practican (y que supuestamente son maestros de las ciencias ocultas) el espiritismo. Desde la muerte de Jang Song Taek, el futuro de los altos mandatarios ha dependido del disparatado pensamiento de Kim Jong-un. Muchos para evitar la muerte, por las noches, piden a los espiritistas que prediga cual sería el rumbo de sus destinos esperando escuchar una respuesta optimista a cambio de importantes cantidades de billetes grandes. Parece que un nuevo tipo de "negocio" acaba de empezar en algunas partes del país aunque esto alimentaría más la tensión que existe en la esfera privada del régimen norcoreano. 

 Puede que estos aspectos ordinarios pero peculiares aporte a producir pequeños síntomas de desestabilización en Corea del Norte. Aún es muy pronto de hablar sobre una inminente caída del sistema comunista. Al no poder hacer nada los que se dedican a estudiar la sociedad norcoreana, solo les queda por observar que pasa sucesivamente dentro del territorio. Una cosa es clara. Corea del Norte ya no es lo que era. Desde la hambruna de los mediados de los años noventa y la reforma monetaria de 2009 ha hecho que millones de habitantes perdieran convicción en el régimen y el grado de insatisfacción no para de crecer. 

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