El tema Corea del Norte siempre ha atraído a periodistas y estudiosos académicos nacionales e internacionales y para elaborar su trabajo de investigación han pensado en desplazarse hasta la mismísima frontera donde miles de desertores que intentaban huir se topaban con estos informadores dispuestos a proyectar el mejor reportaje de sus vidas. Se han hecho unos documentales excelentes que trataban con prolijidad la ya descubierta pero aún desconocida historia de los que escapaban por no morir de hambre y de las enfermedades.
La cantidad de reportajes emitidos sobre la oscura parte del régimen norcoreano le han dado un nuevo orden: enviar a los agentes secretos de Corea del Norte para capturar a los periodistas, especialmente de Estados Unidos o Corea del Sur. El régimen ya no toleraba que los periodistas pudieran hacer investigaciones que les dañaban la imagen ferozmente. El caso más conocido fue la tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte para liberar a las reporteras de ascendencia coreana y china Laura Ling y Euna Lee. Estaban rodando un documental sobre la problemática del tráfico de las mujeres en la frontera y fueron detenidas hasta que el ex-presidente Bill Clinton tuvo que pedir perdón y traerlas de vuelta a Estados Unidos.
Aunque la situación se complica cada vez más entre los periodistas fascinados en investigar lo cerrado y lo extraño como el norcoreano, cada cierto tiempo detalles del régimen norcoreano saldrán a la luz. Es admirable de estos periodistas que arriesgan sus vidas para intentar hacer su trabajo. Según el informe de la organización Reporteros sin fronteras, Corea del Norte se ha convertido en el peor país en hacer ejercer el periodismo libre y de garantizar la libertad de expresión.
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