Era el gran héroe de la Guerra de Corea. Sus hazañas de la contienda que enterneció a la población partidaria del levantamiento socialista dirigida por Kim Il-Sung fueron incluso llevadas a la gran pantalla para que futura generación residente en Corea del Norte se sintieran orgullosos del régimen y del ejército norcoreano. Habrá presenciado con sus ojos muertes atroces por los rincones de la península pero sus proezas eran homenajeadas por aquellas personas que pensaban que la doctrina del marxismo era la alternativa preferible. En las bibliotecas del país, la memoria de Lee Baek Kyum sigue siendo recordada por los visitantes esporádicos.
Ya en los años sesenta, la lucha feroz del poder interno le hizo descender de su burbuja de la fama. La ingratitud de la élite norcoreana no fue capaz de recuperar al soldado Lee del olvido y su presencia fue distanciada de la vida pública norcoreana. Él solo sabía luchar. Solamente el entorno más cercano sabía que oficio tenía, pero sin poder saber por nosotros. Le tocaba ser uno de los millones de adultos que diariamente luchaba por la perduración de su existencia. La pobreza toqueteaba su puerta reiteradas veces.
De repente, saltó la noticia: "El héroe de guerra Lee Baek Kyum, que durante algunas temporadas de su vida fue homenajeado por sus luchas entregadas de mantener nuestra ideología, falleció en circunstancias incómodas". No se supo la fecha exacta de su muerte. Su evanescencia ocurrió hace aproximadamente tres años. Las fuentes cercanas afirman que murió hambriento sin poder recibir apoyo económico de alguien, ni siquiera del régimen. Sólo se sabe eso. Mientras el reclutamiento de los jóvenes militares norcoreanos aumenta de forma trepidante hoy en día, la memoria de los héroes obligados de las previas guerras está siendo aplanada.
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