Denominado como el mejor alfajor de Asia, el Choco-Pie era y sigue siendo la merienda perfecta para los niños, jóvenes y adultos surcoreanos y este dulce, que fue reinventado por el señor Kim Yong Chan en 1974, se expandió rápidamente por todos los países de Asia Oriental y fue capaz de llegar al territorio norcoreano y gustar a los paladares acostumbrados solamente al maíz y al arroz. Su esponjosa textura y su sabor medianamente dulce pudo seducir a todos los habitantes de Corea del Norte que la apertura del complejo industrial Kaesong ha sido el momento clave de la expansión de este alfajor.
Una vez saboreado el alfajor, los norcoreanos empiezan a elogiar a sus "hermanos del sur": "Estos sureños sí que saben fabricar los alfajores. ¿Que pondrán a estos Choco-Pies para que su sabor sean agradables?". Al disponer de sólo un alfajor por persona, mordisquean pequeñísimos trozos y giran sus lenguas hasta que la textura haya desaparecido completamente. Con el fin de acabar estos dulces con mayor tiempo posible, el malabarismo con sus lenguas está más que garantizado. Empiezan a pensar: "¿Porque ellos sí y nosotros no podemos hacer estos alfajores?".
La vertiginosa expansión del Choco-pie en Asia y parte de América del Norte (fácilmente visibles en los supermercados de Korea Towns de Estados Unidos y Canadá) ha sido comparado con la dispersión de Coca Cola a nivel mundial que el régimen, aunque da la bienvenida a estos "inofensivos" dulces, mantiene la cautela defendiendo primeramente su filosofía dominante: la autosuficiencia. En cierto modo, la fricción actual entre los dos países hace parcialmente dificultar la consecutiva expansión del Choco-pie pero ahí estarán los mercenarios del mercado negro para hacer llegar, de alguna forma, a todos los mercados norcoreanos, sean grandes o pequeñas, aunque esta vez su precio no será del agrado de los inquietos.
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