12 oct 2015

¿Y donde está su perdón?

Imagen de Reuters

 Esta foto que sacó la agencia Reuters lo dice todo. Hombres jóvenes que, cuyas experiencias varias a sus espaldas, les han hecho convertir a personas de rostros mayores y estriados. Alzan la mano para recibir al joven líder que desde hace tres años dirige el país sin sabernos muy bien si realmente la población actual está a sus servicios. El sábado fue una fecha importante. 70 años desde que el régimen norcoreano se formó, enterándonos tardíamente que se había convertido Corea del Norte en el lugar más invariable y hermético del planeta. Los habitantes intentan pedir a gritos que alguien les rescate de esta asfixia pero abrir el cajón de las verdades es un hecho que lleva a la condena. Así que utilizan sus gargantas para solamente hablar de las bondades de un sistema que está siendo obsoleto y para tragar trozos de comida que difícilmente intentan conseguirlo.

 La ceremonia de estos 70 aniversario de la formación del régimen norcoreano consistía en desfiles militares, dar la bienvenida a Liu Yunshan (el enviado por parte de Xi Jingping ya que su presencia generaría malestar en la zona de Asia Oriental), mostrar a los periodistas occidentales carricoches de uso militar y el discurso de Kim Jong-un lanzando un mensaje de "tranquilidad" a su pueblo diciendo que ellos están preparados para enfrentar a su mayor enemigo, Estados Unidos. Sin mencionar de los graves problemas de los derechos humanos que existen en el país (los informes de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU lo certifican). Ellos ya habían prometido en noviembre de 2014, invitar a Marzuki Darussman a visitar Corea del Norte con el fin de mostrar que en su territorio la existencia de los campos de concentración para prisioneros políticos y para presos corrientes es una falacia inventada por las personas que son movidos por el imperialismo. Pero dicha invitación jamás llegó a las manos de Darussman.

 Ustedes ya saben que ocurrió hace 20 años. Justamente en el 50 aniversario de la formación del régimen norcoreano con el padre del actual líder norcoreano en el poder. Desapariciones de personas que podían haber sido nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amantes o nuestros amigos. 20 años después, el perdón por parte de ellos se tiene que esperar aún. ¿Durante cuánto tiempo? Y no se ve ni siquiera una pizca de voluntad de inclinar sus rostros hacia las víctimas que eran habitantes de su propio pueblo. Para ellos, nosotros, los que estudiamos lo que realmente ocurre en Corea del Norte, estamos preparando una sorpresa que más de un defensor férreo del régimen se desesperaría. En mi caso, dentro de muy poco, les tengo que desvelar un secreto. Porque no me callarán. Porque las verdades no deben estar escondidas. Tal como dijo Todorov y Alexievich (la recién merecida Nobel de Literatura) en cada una de sus obras.

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