Negar de los datos empíricos y aplastantes sobre la tenencia de sus propiedades más extravagantes de los líderes de estados totalitarios ha sido francamente incontrovertible. Aquel joven líder quien prometía a sus habitantes, curiosos de ver su rostro, a demostrar el poderío de su nación y a preocuparse de los problemas internos había heredado de sus antecedentes la inquietud de exigir querencias veleidosas cuyos materiales son prácticamente invisibles e indemostrables para la gran mayoría de la población norcoreana. Al llegar al poder ya ha dado su primer orden para obtener excentricidades como construir una estación de esquí personal o construir una sauna inmensa en su residencia particular.
Lógicamente esta información nunca será comunicada a la población norcoreana. Ellos seguirán viendo por los medios gritos huecos de la verdad contra el "imperialismo" y presenciaran de forma audiovisual películas heroicas repetitivas sobre el orgullo norcoreano. El despertar sigue surgiendo un efecto despacioso entre los que ven la incoherencia en las ciudades del país. Entonces se daría cuenta el descaro que ejercieron sus líderes a lo largo de las décadas anteriores con mensajes ideológicos que tuvieron dos caras.
Nota: El libro "In the Dictator´s Service: the Life and Flight of a North Korean Agent" escrito por los periodistas austriacos Dardan Gashi y Ingrid Steiner Gashi habla cual era la función principal de los intermediarios norcoreanos en Europa para satisfacer los caprichos más alocados del régimen norcoreano.
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