Diversos mercados de pequeña escala pero muy activas, están repartidos por todo el territorio norcoreano. Cada mañana, todos los trabajadores del mercado comienzan sus actividades repitiendo aquella frase: "Espero que hoy venga gente". Hay vendedores que empiezan el día con una breve discusión verbal (en algunas ocasiones, físicas) con sus compañeros, o simplemente estando en silencio. Pero lo que más le preocupa a los trabajadores es la falta de alimentos en estos mercados por el empeoramiento de las cosechas anuales. Sumando a este factor, la subida del precio del maíz, arroz y soja no hace más que perforar el cielo. Pero esto no significa que ocurre en todos los demás mercados de Corea del Norte. Por ejemplo, en el pequeño mercado de Kaesong, los precios de las legumbres son mucho más baratos que en otros sitios ya que la importación es muy amplia. En Kaesong, parecerá sorprendente pero los billetes, desde dólares americanos a euros, circulan taciturnamente.
En la ciudad de Hamhung, existe un mercado por cada barrio. En esta ciudad, se venden artículos de lujo provenientes de China ya que existen numerosas viviendas de la "alta esfera" de la sociedad norcoreana. En la provincia de Pyong-an Norte, los productos chinos ocupan casi el 80% de las mercancías. Casi el 10% son productos japoneses y también existe productos estadounidenses, especialmente tabaco. En un rincón de este mercado, existen un grupo de ancianos que venden zapatos elaborados por ellos mismos con materiales como neumáticos de automóviles o bicicletas. Aunque la calidad no es de lo esperado, estos ancianos siguen fabricando para que alguien las compre y así, llevar un pequeña parte del dinero a la familia. Y por último, en Hae-an, se ha construido un gran centro comercial de cuatro plantas y genera beneficios diarios alrededor de 200.000 yuanes chinos. Para muchos, ver un centro comercial llenos de luces de neón de distintos colores, ha sido el primer paso para ver como es la vida más allá de Corea del Norte.