17 dic 2015

La realidad del asunto (Parte 1)


 Todos hemos sentido curiosidad por la primera salida del grupo femenino norcoreano Moranbong de su país. Y el primer destino no era otro sitio que China ya que con las escasas relaciones diplomáticas que mantiene Corea del Norte otro sitio posible para mostrar al público sus canciones de alabanzas al régimen podía ser Rusia. Las preparaciones iban bien hasta que llegó el aviso repentino de la cancelación de su show. Se podía intuir algo porque al régimen norcoreano siempre se le ha caracterizado de su inseguridad, incluso en tierras chinas. El ejemplo práctico era ver a los militares de alto rango con una expresión facial mezclada de tensión e irritación cada vez que se reunían con algún miembro destacado de Partido Comunista Chino.

 Según Reuters, el grupo Moranbong pisó Pyongyang en cuestión de horas por diversos conflictos diplomáticos que existe entre China y Corea del Norte poniendo especial énfasis en la reciente noticia del supuesto desarrollo de bombas de hidrógeno anunciado por el régimen norcoreano. Desde mi punto de vista, puede ser uno de los factores destacados pero no creo sinceramente que China, aquella superpotencia mundial emergente, esté preocupado por un acaecimiento que pueda ser una posible falacia orquestada por el régimen norcoreano. Ya sabemos, a estas alturas, que para la élite política del país, propalar rumores se ha convertido en su mayor virtud y de ahí, un punto estratégico.

 Para acercarse a la realidad del asunto, no hay otra cosa que mirar las fuentes del idioma natal. Según ellos, la posición de China se ha incomodado cuando vio que canciones iban a interpretar delante del público. Se puede leer claramente frases como "aunque esté dormido o despierto, yo solamente pienso en nuestro líder..." o "nuestro líder será quien nos salve de los enemigos..." La opinión pública china ya están diciendo por las redes sociales que estas letras son consideradas como absurdas y obsoletas. Quizá eso influyó entre la cúpula del Partido Comunista Chino que envió el aviso de cancelación. La delegación norcoreana tomó dicha decisión como una ofensa hacia su líder y volvieron de manera fugaz. El nerviosismo entre estos dos países crece cada vez más con los años y el futuro de Corea del Norte, a raíz de esto, es una incógnita incluso entre los más expertos de la materia. 

10 dic 2015

Te abandono a ti pero no tu país


 Algunos expertos hablan que la decisión de Xi Jingping en abandonar a Kim Jong-eun, sí la persona, es cuestión de tiempo. Desde que Kim se subió al poder, en tres años, no hubo un encuentro oficial (ni informal) entre los dos líderes que hace algunas décadas cuya relación de hermandad parecía indiscutible. Muchos fácilmente pensarán que si existe algún tipo de fractura en dicho vínculo, el colapso del régimen norcoreano podría ocurrir a muy corto plazo abriendo así la apertura de un "nuevo orden" en Asia Oriental, rememorando el suceso de la unión de las dos Alemanias hace más de dos décadas. Pero la cuestión es que China sólo quiere sacar en medio a Kim o una parte de la élite política de Corea del Norte, no el territorio.

 Corea del Norte sigue merodeando en la palma de mano de China y en cuestión de estrategia, recursos naturales y seguridad, el país hermético tiene una utilidad importante para la emergente segunda potencia mundial. Es la herencia que recibió Kim Jong-eun cuando comenzó el mandato y su juventud precisamente no ha ayudado a profundizar el tema utilizando el tiempo en despropósitos para satisfacer sus necesidades personales, que roza el límite del capricho perverso del ser humano. Por su parte, Xi Jingping ha abierto una nueva forma de acercamiento estrechando el lazo primeramente con Corea del Sur, algo que a Corea del Norte no le ha gustado en absoluto y empezó a lanzar improperios como "traidor". Ya ellos mismos dicen que no son países hermanos y que cada uno interpreta por su cuenta el concepto de socialismo.

 China ha sido muy inteligente durante estas últimas décadas manejando el término "amistad" con el padre de Kim Jong-eun. El tránsito medianamente permitido a los comerciantes chinos en el territorio norcoreano y el alquiler de los territorios durante 50 años para expropiar bienes naturales para el desarrollo acelerado chino ha hecho que una gran parte de las propiedades en Corea del Norte sea de China. Todo depende de la decisión de la cúpula del Partido Comunista de China para cambiar el rumbo de Corea del Norte. Y Washington no puede hacer no demasiadas cosas por motivos como la lejanía y la constante enemistad que ha habido entre la Casa Blanca y el Partido de los Trabajadores.