17 oct 2019

La inmensa locura


 Todos sabemos que su "pronta" edad (36 años) está gobernando un país que había heredado de sus antecesores y que ocupa cargos tan relevantes como jefe del Partido de los Trabajadores, presidente de asuntos estatales de Corea del Norte y general en jefe militar de la República Democrática Popular de Corea. Al ser una nación de carácter socialista, todas las pertenencias forman parte del Estado. Es decir, en esta ocasión, de este hombre. Según el testimonio de un desertor norcoreano de alto cargo del área 39, es decir, los que se encargaban de atraer la moneda extranjera a través de los juegos del azar u otras actividades que no destaca precisamente por su legalidad, se estima que el patrimonio de Kim Jong-un puede ser entre 3 a 5 billones de dólares. Entre la élite norcoreana y el cuerpo militar se practicaban la entrega de obsequios de alto valor con el fin de mostrar la fidelidad más absoluta y que no haya una oleada de traición que posiblemente conllevaría al colapso del sistema socialista norcoreana. Sin embargo, las sanciones de las Naciones Unidas debido a la crisis nuclear hicieron cambiar de estrategia a Kim de iniciar la purga para así, recaudar el dinero a su forma.

 Kim Jong-un es destacado por su afición de coches cuyo número supera la centena. Sólo en 2014, gastó más de 15 millones de dólares en automóviles de alta gama. Sobre todo, dispone de un Mercedes-Benz S600 valorado en casi 2 millones de dólares y las balas o las granadas no pueden penetrarse a dicho vehículo. Mientras que cuando se desplaza a zonas rurales utiliza el coche de la misma marca cuyo modelo es GL Class. También dispone de un Audi R8, Land Rover, Lexus, Lamborghini o Bugatti. Su querencia por los vehículos se refleja en el libro del texto de la asignatura de "Historia de la Revolución por parte de nuestro gran líder Kim Il-Sung" cuya materia se imparte en bachillerato, describiéndole que Kim Jong-un empezó a conducir desde los tres años y que ya dominaba la técnica de la conducción yendo por las carreteras vacías antes de los ocho años.

 Si hablamos de las propiedades, Kim Jong-un posee 33 mansiones por todo el territorio norcoreano siendo su residencia principal la más costosa valorado en 150.000.000 dólares. También se ordenó reformar el palacio del sol Kumsusan (lugar donde están enterrados los cuerpos de sus antecesores, Kim Il-Sung y Kim Jong-Il) cuyo coste se elevó hasta los 890.000.000 dólares. Dennis Rodman, que siempre presumía de su amistad ante las cámaras con el dirigente norcoreano, dijo que Kim poseía 3 islas privadas con instalaciones como estadio de fútbol tipo FIFA, pistas de tenis, cancha de baloncesto y parque de atracciones de estilo acuático. Además, Rodman tuvo la ocasión de ver, junto a Michael Jordan, que Kim disfrutaba de su yate de 60 metros de origen británico cuyo coste ronda casi el millón de dólares, numerosos jet-skis y cientos de caballos. Por último, entre sus caprichos están vodkas importados desde Rusia con el valor de casi un millón de dólares al año, quesos emmental suizos que ronda su valor de consumo unos 60.000 dólares o ropa interior para satisfacer al escuadrón de placer llamado gippumjo con el valor de casi 3 millones de dólares según un artículo de Daily Mail británico.

 Hay un dicho en coreano que dice que en la herencia del poder no pasa más allá de tres generaciones. Es decir, Kim Il-Sung, su abuelo, era quien realmente disfrutaba de todo el poder que le rodeaba, especialmente después del fin de la II Guerra Mundial. Su heredero, Kim Jong-Il, era quien se encargaba de mantener el poder absoluto norcoreano. Y el actual mandatario Kim Jong-un es quien se está descuidando ese "conservación" del poder repitiendo la historia aquella donde Luis XVI y Maria Antonieta practicaba la extravagancia más disparatada cuyo resultado ha sido la desaparición de sus existencias fruto de la ira del pueblo que no aguantaba la sinrazón de la élite. Quizá la cronología está teniendo su momento de dejavú y que el despertar del pueblo norcoreano, aquellos que viven en la penuria, no sea tan utópico como pensábamos desde hace algunos años.