26 abr 2017

Los nuevos destinos


 La historia reciente de escape de aquellas personas que despidieron a sus familiares durante los años noventa tuvo en mente, al principio de los tiempos, a China para abrazar la supervivencia. Tristemente se dividieron en dos grupos. Los que fueron deportados a Corea del Norte y los que desaparecieron en el territorio rojo siendo víctimas de matrimonio forzado por ciudadanos chinos. Mientras que los supervivientes, que gracias a ellos sabemos más la realidad cotidiana norcoreana, descubrieron la existencia de una tercera vía: Corea del Sur. Pero antes de pisar el suelo surcoreano, muchos tuvieron que averiguar a que países dirigir para adentrar posteriormente a las embajadas y consulados surcoreanos, ya que una travesía directa a Seúl desde China solamente se ha realizado en muy pocas ocasiones por su gran inseguridad.

 Hasta ahora, Mongolia o Tailandia eran las opciones menos arriesgadas que Vietnam o Camboya. Encontrarse con un militar de origen mongol o llegar a Bangkok suponía la salvación a medias ya que luego se tenía que esperar la aprobación de los funcionarios de los consulados surcoreanos establecidos ahí. Entonces la policía china tomó medidas como intensificar el control en esas dos zonas fronterizas con el fin de detener el avance de aquellos que llevaban semanas desplazando por China. A pesar de que el régimen chino se sentía incómodo (incluso frustrado) con las travesuras de los altos cargos del Partido de los Trabajadores, restringir a los desplazados norcoreanos en su territorio seguía en pie.

 Hubo un caso de un joven norcoreano que representaba a su país en las Olimpiadas de Matemáticas en Hong Kong hace algunos años. Pero su intención real fue pedir amparo en el consulado de Corea del Sur ahí para que le llevaran a Seúl. Los funcionarios tenían que realizar dicha acción con astucia ya que no podía llevar a ese joven en un vuelo directo desde Hong Kong a Corea del Sur o hacer escala en Taipei porque ambos países están bajo control de China. Así que la solución ha sido coger un vuelo con escala en Tokio para luego aterrizar en el aeropuerto de Incheon. Esto explica que, poco a poco, los nuevos destinos dan paso para garantizar parcialmente la estabilidad de aquellos que luchan por su libertad y esos sitios se llaman Hong Kong o Singapur.

22 abr 2017

El futuro está francamente incierto


 Durante estos días, especialmente en el mes de abril, las noticias no paraban de hablar sobre Corea del Norte. Los medios especulaban una inminente guerra entre Corea del Norte y Estados Unidos al ver intercambios de mensajes hostiles promovidos por sus portavoces. La hemeroteca me dice que, después de la firma de armisticio, excepto alguna que otras tensiones en la zona fronteriza entre las dos Coreas como el incidente del hacha del día 18 de agosto de 1976 perpetrado por dos soldados norcoreanos, solamente hubo mensajes de intimidación hacia Corea del Sur. Desde 1953 hasta los años 80, el régimen norcoreano había ordenado más de 5.500 mensajes de amenaza hacia el territorio sur. Una vez cada dos días. Hasta que, en los años noventa, esa cifra había disminuido coincidiendo con la caída de la Unión Soviética. 

 La estrategia del régimen norcoreano para demostrar a la comunidad internacional que ellos eran "perjudicados" era invitar a todos los periodistas del mundo occidente (excepto los periodistas surcoreanos), en vísperas del día de nacimiento de Kim Il-Sung, a mostrar las calles recientemente modificadas y edificios nuevos construidos en las principales avenidas de Pyongyang. Y, al llegar aquel "gran" día, hacer ver a los periodistas el desfile militar con miles de soldados recorriendo los 415 metros de longitud de la plaza Kim Il-Sung. Su intento era mostrar esa posición defensiva para que la comunidad internacional culpabilice moralmente a Donald Trump. Pero esa actitud pasiva ni siquiera ha durado 24 horas cuando lanzó un misil a las 5:50 de la madrugada del día siguiente, pero que se estalló inmediatamente quedando en entredicho su actitud que llama a la confusión. 

 Tengo la sensación de que ni Corea del Norte ni Estados Unidos quieren dar el primer paso para su particular contienda que el mundo sigue observando de cerca. En el caso de Corea del Norte, la crítica vertería en ellos al fabricar armamentos mientras que la desnutrición en la población infantil y adulta es cada vez más preocupante pero que el régimen no está interesado en solucionarlo. Y en el caso de Estados Unidos, ya han tenido un historial manchado con Afganistán en 2001 e Irak en 2003 que precisamente no han salido bien parados y más de una década después, la comunidad internacional no ha olvidado de las consecuencias de aquellas dos guerras. Confiando en la hemeroteca, no creo que ocurra más allá de los rifirrafes, pero en todas las guerras los más damnificados han sido los civiles y, en este caso, tampoco será la excepción en caso de que uno de estos países dé el primer paso.

3 ene 2017

Dos caras de Corea en un día

 Día 17 de diciembre en Corea del Sur 
 
Día 17 de diciembre en Corea del Norte

  Aquel día, 17 de diciembre, para terminar el año 2016, hubo dos formas de mostrar la realidad de estos dos países. En el lado sur, se celebraba una culminación parcial de una protesta ciudadana que comenzó desde finales de octubre hasta mediados de diciembre que pedía el apartamiento del poder por parte de la presidenta Park Geun-Hye, salpicada en uno de los escándalos políticos más sonados en Corea del Sur desde la instauración de la democracia. El número de los participantes en las manifestaciones, que se celebró todos los sábados, se incrementó de manera considerable (de cientos de miles hasta millones de personas) y dicho efecto no causó una dimisión por parte de Park sino pasar todo el poder presidencial en el primer ministro actual Hwang mediante el voto de los miembros (dos tercios) de la Asamblea para la moción de destitución. Mientras, en el lado norte, como ven en la imagen, pueden ver a los ciudadanos norcoreanos (principalmente en las grandes ciudades del país) mostrando su respeto para conmemorar el quinto aniversario de la muerte de Kim Jong-Il. 

 Cuando comenzó la protesta ciudadana en todo Corea del Sur, mi intención era observar como era el movimiento de estrategia por parte del régimen norcoreano. Me he pasado casi todos los días (hasta mediados de diciembre) leyendo artículos que se publican en los diarios oficiales de Corea del Norte para ver que tipo de lenguaje utilizaba respecto lo sucedido en Corea del Sur. Para dar una conclusión veraz tenía que esperar casi dos meses y lo que he podido sacar es, obviamente, que el régimen no ha sido capaz de criticar a la presidenta Park Geun-Hye, a raíz de este movimiento que se celebraba cada sábado por la tarde, porque la situación que estaba Park podía tener un efecto rebote al régimen en caso de enfocar demasiado la noticia. Al carecer de la cultura democrática, el régimen ha optado por callarse, observar detenidamente la situación y ordenar a sus informadores oficiales que no mencionara de ninguna manera sobre las protestas. 

 Mediante las redes sociales, he podido comunicar con algunos refugiados norcoreanos que residen en Seúl y he preguntado sus primeras impresiones sobre estas protestas. Desde que "el día que pase en Corea del Norte, el régimen utilizaría toda su garra para parar esas intenciones" hasta "no había visto nada igual en mis años de residencia en Corea". Quizá los miembros más férreos del régimen querían que lo que pasaba en el sur se acabara lo más antes posible para que ellos puedan seguir utilizando la mismo táctica estratégica de imposición de mensajes de terror a la comunidad internacional. Y el resultado ha sido hace dos días. En el discurso de año nuevo de Kim Jong-eun. Diciendo que ya están preparando misiles que tendrán alcance intercontinental. Casi el mismo contexto solo que esta vez se han dignado en cambiar algunas frases para no quedarse demasiado en la génesis. 

 Nota importante: A principios de este año 2017 me van a publicar un libro de ensayo periodístico sobre Corea del Norte en español. Se trata de un asunto que cambió para siempre la historia actual del país.