Esta fotografía fue la portada del diario Rodong hace unos días con el fin de "motivar" a los soldados norcoreanos.
En Pyongyang o en otras ciudades norcoreanas, no hablan de otra cosa. Las noticias sobre la posible guerra entre las dos Coreas y el lanzamiento de armas nucleares hacia las bases militares estadounidenses en Seúl, Guam y Hawai están sembrando el pánico en cada rincón de la capital del país. Aunque los vídeos oficiales tratan de reanimar a toda una población horrorizada, muchos desconfían de la victoria: "Los que piensan que vamos a ganar esta guerra, son tratados como unos imbéciles. Son ellos los ignorantes y no nosotros". Otros temen que la capital norcoreana pueda convertirse a muy corto plazo en una ciudad lleno de cenizas. Mientras tanto, las voces orgullosas de los reporteros de la televisión siguen invocando al pueblo a seguir los deseos del líder.
Los que están en el grupo de los más adinerados aseguran que la guerra está totalmente perdida. Empiezan a intercambiar todas sus pertenencias económicas en dólares americanos y esperan la oportunidad para escapar por la vía más conveniente. Habrán oído en repetidas ocasiones los temibles aviones de uso militar americano B-2 y B-52, que tiene una capacidad suficiente de lanzar artefactos atómicos para convertir la capital en un sitio fantasma. Mientras tanto, los humildes no tratan de temer a la muerte y expresión su ánimo de participar a la guerra. "Nuestras vidas ya son bastantes penosas como para no obedecer las órdenes de ahí arriba. Al fin a cabo, la muerte ya nos está esperando en cualquier momento..."
Muy pocos se atreven a criticar al joven líder norcoreano. Tachan de precipitado e inútil con sus decisiones. Los analistas creen que es otra de las estrategias más de llamar la atención de la comunidad internacional y de demostrar su ego abusivo. Al no poder saber con exactitud los pensamientos de la gente en Corea del Norte, es impredecible el porcentaje de apoyo férreo al régimen norcoreano. Las estimaciones apuntan que su índice de popularidad está siendo maquillada hasta alcanzar la falsa perfección pero que en realidad, el grado de su apoyo se está cayendo poco a poco.
Nota: En Corea del Sur, hasta el momento, no hay signos de pánico entre los habitantes. Pero las novedades de estas noticias se siguen anunciando con precisión y cautela.