31 mar 2013

Diferentes pensamientos

Esta fotografía fue la portada del diario Rodong hace unos días con el fin de "motivar" a los soldados norcoreanos. 

 En Pyongyang o en otras ciudades norcoreanas, no hablan de otra cosa. Las noticias sobre la posible guerra entre las dos Coreas y el lanzamiento de armas nucleares hacia las bases militares estadounidenses en Seúl, Guam y Hawai están sembrando el pánico en cada rincón de la capital del país. Aunque los vídeos oficiales tratan de reanimar a toda una población horrorizada, muchos desconfían de la victoria: "Los que piensan que vamos a ganar esta guerra, son tratados como unos imbéciles. Son ellos los ignorantes y no nosotros". Otros temen que la capital norcoreana pueda convertirse a muy corto plazo en una ciudad lleno de cenizas. Mientras tanto, las voces orgullosas de los reporteros de la televisión siguen invocando al pueblo a seguir los deseos del líder. 

 Los que están en el grupo de los más adinerados aseguran que la guerra está totalmente perdida. Empiezan a intercambiar todas sus pertenencias económicas en dólares americanos y esperan la oportunidad para escapar por la vía más conveniente. Habrán oído en repetidas ocasiones los temibles aviones de uso militar americano B-2 y B-52, que tiene una capacidad suficiente de lanzar artefactos atómicos para convertir la capital en un sitio fantasma. Mientras tanto, los humildes no tratan de temer a la muerte y expresión su ánimo de participar a la guerra. "Nuestras vidas ya son bastantes penosas como para no obedecer las órdenes de ahí arriba. Al fin a cabo, la muerte ya nos está esperando en cualquier momento..."

 Muy pocos se atreven a criticar al joven líder norcoreano. Tachan de precipitado e inútil con sus decisiones. Los analistas creen que es otra de las estrategias más de llamar la atención de la comunidad internacional y de demostrar su ego abusivo. Al no poder saber con exactitud los pensamientos de la gente en Corea del Norte, es impredecible el porcentaje de apoyo férreo al régimen norcoreano. Las estimaciones apuntan que su índice de popularidad está siendo maquillada hasta alcanzar la falsa perfección pero que en realidad, el grado de su apoyo se está cayendo poco a poco. 

 Nota: En Corea del Sur, hasta el momento, no hay signos de pánico entre los habitantes. Pero las novedades de estas noticias se siguen anunciando con precisión y cautela. 

28 mar 2013

Los mercenarios "inocentes" de la droga

Los cuatro traficantes de droga norcoreanos, en su momento de detención por la policía australiana. Fue en 2003. 

 La misión de estos comerciantes de sustancias prohibidas disfrazado de marineros era introducir heroína en el Sur de Asia y en el continente oceánico. Los cuatro integrantes del cometido cogieron como prestado un barco, propiedad de régimen norcoreano, y recorrieron las aguas internacionales. Al conocer las consecuencias (pena capital) que podrían enfrentarse en caso de ser descubiertos con cincuenta kilos de dicha sustancia en países asiáticos pegados al continente, trataron de llegar a puertos diminutos de la costa australiana y maniobrar de forma triunfal la encomienda. 

 Pero la eficacia de la fuerzas de seguridad del país fueron suficientes para que fueran detenidos inmediatamente y trasladados en una prisión de Melbourne. Tres años después, se celebró un juicio penal acusados por tráfico de drogas y contra la salud pública pero fueron absueltos por falta de pruebas. Ellos celebraron bendiciendo al líder norcoreano Kim Jong-Il por "acompañarles" a sus lados. A pesar de ser exculpados de sus actos, fueron deportados pocos días después. La cabeza del grupo, apellidado Song, antes de hacer escala en Singapur para llegar a Pyongyang, decía: "Estamos muy felices por poder volver a Corea del Norte después de estos años...". Orgullosos y sin ningún signo de arrepentimiento en sus caras. 

 Ya había pasado casi diez años desde aquel suceso. Existen rumores de que fueron recibidos malamente por los dirigentes del país. No por sus actos sino por el descuido del plan y por no haber traído beneficios económicos acordados al régimen. Disgustados por el fallo humano, posiblemente habrían dirigido a ser enviados a campos de concentración y sus nombres se habrían quedado en el olvido, incluso para sus familiares. Song había dicho a los periodistas australianos justo antes de abandonar el aeropuerto: "...aunque no sabremos que nos puede pasar ahí...". Él y sus compañeros ya intuían cual sería la siguiente etapa de sus vidas, aunque no les gustasen.

25 mar 2013

¿Una posible futura contienda consentida?


 Durante días anteriores hemos comprobado por los medios de comunicación como la tensión entre Corea del Norte y Corea del Sur se ha intensificado hasta el punto de que la contienda iba a suceder de inmediato rememorando aquellas caóticas imágenes con civiles yaciendo sin fuerza y sin aliento por las calles de la ciudad que aún se sigue recordando los adultos que han vivido en sus propias ánimas. La postura del régimen norcoreano es contundente respecto a su declaración de guerra tratando de aplicar varios objetivos como señales de victoria: convertir en ciudad fantasma la capital surcoreana y plantar la bandera de Corea del Norte en lo más alto del monte Halla (la más alta de Corea del Sur), situado en la isla de Jeju. 

 Sus intimidaciones fueron certificadas por vía digital colgando en el portal de vídeos Youtube reproducciones muy características de la era soviética en los principios de la Guerra Fría. Sus reiterados ataques contra el "imperialismo" estadounidense y a los países aliados se mostraron en diversos planos de los vídeos tratando de garantizar su proclamación de la contienda, cosa que algunos expertos lo han aceptado con escepticismo ya que es la única manera de la élite norcoreana de obtener la atención de la comunidad internacional. Pero estos días en la frontera entre ambas Coreas se oyen de forma lejana disparos, fruto de maniobras militares. 

 El Ministerio de Defensa de Corea del Sur no piensa revocar su decisión. Si ellos lanzan la primera bomba o la primera bala contra los civiles, hará que armisticio se quiebre y dará comienzo a la guerra. La opinión pública de Corea del Sur, reflejada en foros de debate y en comentarios de los principales periódicos digitales, da en su aplastante mayoría el visto bueno a la resolución del Ministerio. Creen que sería la única forma de acabar con el régimen norcoreano y así, contemplar la ansiada reunificación. Aunque hayan víctimas mortales por el camino. Siempre me he opuesto a cualquier tipo de guerras pero formando parte de esta discusión uno se pregunta si realmente tiene que formar parte del consentimiento popular al no haber otra alternativa de derribar un régimen que cometió innumerables violaciones de derechos humanos a lo largo de las décadas. Mientras tanto, entre la población norcoreana, se pregunta si esta contienda será la liberación de millones de personas que agonizan por la pobreza extrema u otro capítulo más de angustia. 

18 mar 2013

Historias (Parte 24: Sin nada)


 En la zona donde vivía ella, la ciudad de Sariwon (situado en la provincia norte de Hwang-he), las inundaciones estivales eran constantes. Las aguas violentas penetraban insensiblemente en todos los rincones de la ciudad. Casi todas las fábricas se tenían que cerrar de forma obligada por falta de mantenimiento e incluso a los pequeños se les restringían asistir a las escuelas durante semanas por dicho escenario. "Los docentes de la escuela piden a sus propios alumnos que si podrían traer madera, gasolina, ladrillos o cemento para reparar la parte dañada de las escuelas...el régimen no mira estas cosas. Creen que son de menor importancia. Pero lo doloroso es que los directores castigan puntualmente como quitarles la mochila o prohibirles la entrada al colegio a los alumnos que no aportan suficiente material para la reconstrucción. Esto es increíble".  

Una de las imágenes del efecto de la inundación en Corea del Norte emitida por la televisión oficial. Los daños se pueden calcular en miles de millones de dólares.

 Ella nos cuenta una parte pesarosa de su vida. Su yerno había sido detenido por las fuerzas de la seguridad al intentar robar una gallina por no poder aguantar más el hambre. Fue inmediatamente encarcelado en una prisión cercana y agonizó ahí. Jamás pudo verle. La sombra de su arresto afectó a toda la familia que vivió durante una temporada, vigilada. Ella intentaba conseguir un trabajo para sostener a sus hijos pero la noticia del encarcelamiento se expandió como la pólvora que nadie la quería contratarla. Al no poder aguantar la presión del maltrato social que padecía, se escapó con toda su familia a China y actualmente sigue esperando una oportunidad para estar en un país tercero en un breve tiempo. 

13 mar 2013

Historias (Parte 23: En el mercado)


 "El se marchó al otro lado del mundo hace ya tres años por una enfermedad y tuve que estar a cargo de la familia vendiendo pocas cantidades de panes o cigarrillos en el mercado local (zona de Kyong-seong, situado en la provincia Hamkyung-Norte)". Pero su plaza de la lonja se veía amonestada constantemente por unos guardianes jóvenes que quitaban sus pertenencias sin explicación alguna. Ella no podía protestar. Iba en contra de la ley y sería acusada por "desobediencia civil". Suplicaba que devolviera al menos la mitad de lo extraído pero su imploración molestaba aún más a los malhechores y era expulsada del recinto. Dicha escena se repetía cada día. 

 Ella vio como su deuda se acumulaba al no haber beneficio por culpa de aquellos maleantes. "Paso los días con las lágrimas en los rostros. Pero esto solo pasa con las mujeres que tenemos una cierta edad. Las jóvenes regalan o invitan unos cigarrillos o un vaso de alcohol a esos guardianes y así, consiguen mantener sus puestos. ¡Menuda injusticia! He tratado de denunciar esta situación pero tengo miedo de la represalias de esos sinvergüenzas. Tengo a una familia que alimentar pero es imposible ganar el pan de cada día. Esto no pasa solo a mí. Sino a todas las mujeres y hombres mayores que intentamos sobrevivir como sea. Esto es un eterno calvario. Solo quiero que haya una solución lo antes posible..."

12 mar 2013

Historias (Parte 22: Sin avidez)


 Después de recibir la noticia de que su madre había fallecido en el vagón del tren por extenuación, su mundo se había venido abajo. A los pocos meses de su muerte, su hermano y su padre también fallecieron de neumonía. "De repente, tres personas que más he querido en mi vida se fueron para siempre. Estuve exhausto físicamente y mentalmente con la pérdida de parte de mi familia. Al menos, aún tengo a mi lado a mi esposa y a mi hijo de siete años". Desde hace tiempo no encuentra un trabajo y por las calles de Chongjin, según él, es frecuente haber peleas callejeras, sean niños o adultos, por un kilo de arroz. "Si la situación llega al límite yo también derramaría "algo" de sangre para tener en mis manos un poco de arroz". 

 Como muchos residentes en la ciudad, él se baraja ir definitivamente a China en busca de una mejor oportunidad. Al escuchar las historias de algunos que fueron devueltos y encarcelados por su intento de escape, el pánico primerizo le debilita físicamente pero cree que no hay más tiempo para asustar, especialmente cuando ve a su pequeño hijo que hace tiempo no va a la escuela por no poder tener un cuaderno en sus brazos. "Sé que China es otro mundo pero quiero dar una educación adecuada a mi hijo. Sé que es un idioma totalmente diferente al coreano y que dará algún problema en el principio pero mi esposa y yo haremos cualquier sacrificio posible para dar lo mejor a mi pequeño". 

10 mar 2013

Historias (Parte 21: Mirando a los vehículos)


 Él había sobrevivido durante aquellos años difíciles estando activo en el mundo del contrabando. Así tuvo la ocasión de estar en China: "Aquellas ciudades con luces de muchísimas colores me habían impactado mucho. Las personas estaban sanas, incluso algunos estaban obesas. Era otro mundo". A unos kilómetros de la zona de Keom-Duk, situado en la provincia de Hamkyung Norte, él había visto como los motores de vehículos de lujo rugían sonidos avisados bajo la mirada frágil de los adultos y niños que venían de pedir comida a unos forasteros. Los coches, de una brillantez impecable, se desfilaban en una fila dirigiendo hacia las residencias vacacionales de los más pudientes del país. 

 Él había oído que por dicha área estaba el fastuoso albergue veraniego de Kim Il-Sung. No podía entender como era posible una desigualdad tan gigantesca como esta. "Los que dirigen este país se habían reído y descalificado del pasado sin saber que son ellos los que están siendo contaminados de sus avaricias. ¿Acaso no eran ellos quienes gritaban por la simetría de todos los seres humanos que viven en Corea del Norte? Esos coches equivalen a miles de vidas que por culpa de sus pésimas gestiones han desaparecido para siempre de este mundo. Siendo rabia e impotencia. Esto no puede seguir así. Sólo espero que algún día acabe esta pesadilla..."

8 mar 2013

Historias (Parte 20: Su relato particular)


 A ella le salen las lágrimas cada vez que habla de sus padres. Habían fallecido después de una larga lucha contra la inanición y de las enfermedades invernales como la neumonía o la gripe. Sus hermanos se habían conmocionado tanto con sus muertes que fueron por la ciudad en busca de alimentos. Uno de sus hermanos consiguió ganar cinco wons por unas horas de trabajo en el mercado pero fue envuelto enseguida en una pelea contra unos niños que le habían robado dicho billete. Su cara estaba manchado lleno de sangre y sus ojos estaban pomposos y morados. Lo único que podía hacer ella era abrazarle y llorar sin que su hermano se diera cuenta. 

 Estaba convencido de que los brotes comestibles se podían encontrar fácilmente entre los montes y que con eso se podía aguantar durante el resto de la temporada. Todos habían prometido, después de lo ocurrido, a no pedir comida a los desconocidos por las calles de ciudad. Pero la situación no mejoraba y como último recurso decidió marchar a China con sus hermanos. "Al menos ahí está mi tía que hace años consiguió establecerse ahí. Mis hermanos aún son fuertes y jóvenes. Podrán conseguir trabajo de lo que sea".  

6 mar 2013

Historias (Parte 19: Los niños de la flor)


 "Por favor, mamá. No te quites la vida. Suicidar es de cobardes. No me dejas sola en este mundo". Aquella frase la reflexionó de desaparecerse por el precipicio sin vuelta atrás. Vio como su esposo, sus dos hijos y sus padres habían fallecido del hambre. Se vino a China sin poder reflejar su culpabilidad por haber dejado a sus familiares cercanos que habían padecido una enfermedad relacionada con la malnutrición y su síntomas más grave era tener su cuerpo paralizado al no tener una movilidad adecuada de sus músculos. "Gracias a mi hija, puedo seguir ilusionando con algo en la vida. Parecía que los sueños eran unas cosas ajenas a mí pero ella me hizo recapacitar..."

 Durante la conversación, ella empieza a recordar como era su ciudad natal, Hamhung. Según ella, por las calles, se puede ver cantidades incontables de niños de la flor. Todos ellos no superaban los cinco años de edad. Se apoyan entre ellos al no tener progenitores a sus lados. Se quedaron huérfanos por la muerte de sus padres. "Me acuerdo que una niña de cuatro años agarraba la mano de su hermano de tres vagabundeando por la ciudad. Si encontraba algo de comida en el suelo, lo recogía, lo soplaba y se lo daba con una sonrisa...es increíble como el régimen no hace nada por estos críos. Para mí, es una injusticia tremenda. Alguien debería hacer algo por ellos sino morirán..."

4 mar 2013

Historias (Parte 18: Sin sensibilidad)


 Él se muestra preocupado de sí mismo. "Estoy empezando a no entristecerme con las muertes de las personas. Las defunciones de las personas, sean conocidas o no, por el hambre o por las enfermedades me parecen algo tan normal que a veces me pregunto: ¿Porqué no lloras de los fallecimientos?". Cada mañana él oye cinco a seis muertes diarias por los vecinos, especialmente ancianos, mujeres o niños. "Los ancianos están demasiado débiles que no superan los sesenta años de edad en su mayoría...muchos son abandonados por sus propias familias y nadie se preocupe en ayudarles, ni siquiera el régimen que siempre vocea por la igualdad de las personas..."

 Presenció diversas ejecuciones de personas acusadas de robar unas ovejas, cabras y vacas para comerlas o personas que opinaba negativamente de los mandatarios de Corea del Norte. Cree que después de ver tantos fusilamientos, él se acostumbró a no apenarse por los condenados a muerte. Los guardias obligaban a toda la ciudad a presenciar dichos actos. Entre el público, niños de pocos años y mujeres de aspecto bondadoso e indulgente. "Es horrible pero con el tiempo uno nota que esto es algo muy común. No sé que tipo de consecuencias emocionales me podrían traer en el futuro. Esto se tiene que acabar. Creo que mi corazón esconde algo de sensibilidad aún, o eso espero..."

3 mar 2013

Historias (Parte 17: Las desapariciones consecutivas)


 Él aún no quiere creer de lo que pasó sobre la desaparición de su vecina y de su hijo prematuro. La historia es que ella se suicidó después de meses de depresión por su culpabilidad de haber matado a su bebé cuando lo único que pedía de forma desesperada era leche materna. Hace semanas que se presentaba los primeros síntomas de la desnutrición y el bebé agarraba constantemente los senos de su madre. Ella, al no poder dar su necesidad, le había tirado por la puerta. Aquel pobre criatura falleció en el acto por diversos traumatismos y las posteriores angustias arrepentidas de la madre no sirvió de nada para devolver a aquel bebé con vida. 

 Él, después de ver morir a su hija y su padre por inanición, abrió la puerta de sus vecinos en busca de cantidades pequeñas de arroz y maíz. En la primera casa, vio a un niño de cinco años y un anciano invidente sin poder apoyarse en alguien. Los padres de niño le había dejado hace días y aún no hay noticia de ellos. Cuando abrió la siguiente puerta, vio a una familia exhaustos por no ingerir comida en días y sus barrigas sonaban fuertemente. Él dejo de abrir las puertas de sus vecinos. Aquel día también llegó con las manos vacías. Piensa en ir a China con su madre y con sus hijas. Está esperando el momento adecuado para hacer las maletas y dirigirse hacia la frontera. 

2 mar 2013

Historias (Parte 16: Los robos)


 A sus 50 años, no había visto nada igual. Opina que hasta los militares tienen que recurrir al robo con violencia para no pasar el hambre. "Fue hace algunos años. Vi con mis propios ojos a unos militares caminando por los pasillos del mercado de la ciudad (zona de Songhwa en la provincia de Hamkyung Sur), cogía las pocas mercancías que tenían los vendedores sin nada a cambio y empezaban a correr..." Para él, ya es corriente ver a los soldados a hurtar cantidades considerables de maíz y patatas de los agricultores. Los cultivadores, impotentes, no le quedan más que observar como recogen el sudor de sus trabajos con total exención. 

 "Yo no maldigo a esos militares. Ellos no tienen la culpa. También lo haría si la situación está en su límite...incluso comprendo a dichos jóvenes que quieren sobrevivir y servir al país". Le cuesta salir de su garganta frases críticas hacia el régimen. Tiene miedo que alguien le oiga y que en varios días esté dedicando a hacer trabajos forzosos en algún lugar desconocido del país donde ya llevó a algún amigo suyo. "Como todos, no me queda otra cosa que callarme e intentar buscarme la vida. Yo no tengo familia. Todos ellos han desaparecido al "otro lado". Estoy solo en este mundo. No es que busque cariño o apoyo pero si me lo dan tampoco lo rechazaría..."