En todos los mercados norcoreanos hay pequeños puestos donde venden caramelos caseros enfocados especialmente para el público joven. Hay distintos tipos de oficio con los caramelos: hay personas que se dedican a comprar azúcar en los mercados y que luego elaboran caramelos caseros en sus casas y personas que venden esos caramelos ya elaborados. En este pequeño mundo, las personas cumplen un papel determinado para que la venta de los caramelos sea un éxito. Cada día, en estos pequeños puestos se llenan de niños y niñas acompañados de sus padres, cansados de oír: ¿Me compras un caramelo?
El caramelo casero se elabora hirviendo el agua con azúcar añadiendo poco a poco sorbos de vinagre hasta que el líquido se quede sólido. Una vez seco, se cortan en partes iguales y se elaboran en varias formas: cuadrados, redondos, estrellas, triángulos, etc. Con treinta kilos de azúcar es posible elaborar perfectamente treinta kilos de caramelo casero. Estos caramelos se venden mucho más en épocas de excursiones escolares o en fiestas nacionales donde la cantidad de elaboración se duplica hasta el doble. Estos caramelos al menos hacen a toda la gente aparcar por un momento el hambre y disfrutar en sus paladares un sabor no tan cotidiano para ellos como el dulce.
Nota: Algunos caramelos rellenos con sabores distintos se venden en tiendas especializadas pero el precio es bastante elevado que no es accesible para la mayoría del público, especialmente niños/as.
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