Son muchos, especialmente varones, quienes consumen a diario paquetes de cigarrillos. Las marcas americanas como Dunhill, Philip Morris, Seven o Malboro son los cigarrillos más solicitados por la población norcoreana por su calidad (pero el precio es elevado) aunque productos chinos o nacionales como Goyan-i (gato en coreano) o Kul-beol (abeja en coreano) también son vendidos a grandes cantidades (accesibles para la gente común). Estos cigarrillos, sean nacionales o extranjeros, son introducidos gracias a los vendedores que cada día cruzan la frontera y traen en sacos cigarrillos de todo tipo. Como no es posible importar directamente tabacos extranjeros, especialmente americanos, son muchos que tapan la etiqueta con papeles blancos para que la aduana no sospeche nada.
Estos cigarrillos son vendidos, algunas veces a escondidas, en el mercado de todas las ciudades de Corea del Norte. Los coreanos, independientes de que sean del sur o del norte, son los habituales (a veces excesivos) consumidores del tabaco. Algunos incluso llegan a fumar varios paquetes al día; uno por la mañana, otro por el mediodía, otro por la tarde y el último por la noche. Ellos desconocen los efectos nocivos del tabaco en las que se destaca el cáncer de pulmón. Son muchos que fuman para intentar olvidar la situación actual y estar al menos un poquito en minutos de prosperidad. Para algunos, el momento del cigarrillo es el único momento del descanso. Absorbes el humo y miras el cielo. Luego expiras. Olvidas el hambre y matas el cansancio. Repetidamente.
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