Otro de los problemas en los hospitales es la escasez de la electricidad, algo obligatorio en estos centros, que es utilizada a tiempo parcial. Por las noches, la electricidad en los hospitales de Corea del Norte desaparece y en caso de una emergencia quirúrgica los doctores tienen que utilizar linternas para que la operación termine con satisfacción y con seguridad. Hay veces (muy raras veces) que la electricidad está disponible en los quirófanos y los doctores aprovechan al máximo esos momentos para operar a los pacientes más urgentes y lo emplean con la mayor brevedad posible.
Los doctores en Corea del Norte tienen "cuatro" manos. Son aquellos seres humanos serenos que están siempre a disposición de la gente más necesitada. Pero hay momentos que estas personas no pueden realizar su trabajo con normalidad ya que la carencia extrema de la infraestructuras pública sanitaria es inadmisible. Además por las noches, no todos los doctores están disponibles en casos de emergencia y puede parecer una mendacidad, pero son los mismos pacientes quienes ayudan a los doctores en su propia operación quirúrgica reflejando con la linterna la zona donde hay que operar. La gente que no tenga linterna, traen un mechero o simplemente palillos de fósforo.
Los pacientes, sean niños o adultos, aguantan el dolor como pueden. Además de la falta de las anestesias, también faltan vacunas. Algunas vacunas ya utilizadas son re-usadas para futuros pacientes. Los doctores en Corea del Norte, después de utilizar una vacuna lo limpian profundamente y lo hierven para que se pueda utilizarlo en futuros casos para evitar así, contagios por vía sanguínea. En los quirófanos, las muertes aumentan. Cada día, más doctores y enfermeros norcoreanos hacen todo lo posible para salvar vidas pero ven como sus esfuerzos son infructuosos.
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