En una clase de una escuela de Corea del Norte cabe aproximadamente 45-50 alumnos pero aquella cifra poco a poco iba reduciendo hasta llegar al 70% de la capacidad total. Algunos de los ausentes han sido víctimas directas de la pobreza extrema que asola el país y otros acabaron trabajando con sus padres o vagando por las calles de las ciudades y así, convertidos en un "niño flor". Son muchas horas caminando intentando conseguir llenar sus vacíos estómagos con alimentos mezclados con arena. Este incremento de ausencia está presente especialmente en los pueblos y en las ciudades pequeñas del país.
Además de las escuelas, la cifra de los bebés de las guarderías también está disminuyendo de manera constante. En una guardería central de un pequeño pueblo había aproximadamente 25 bebés. Con el tiempo esa cifra ha disminuido hasta ocho. A estos bebés no se le distribuye suficiente nutrición y sus caras son cada vez más pálidas. Sus madres intentan darle todo lo posible e intentan que no cierren sus pequeños ojos ya que eso significaría una muerte lenta de estas criaturas pero estos ojos se cierran y sus almas ya están en otro sitio. Y las madres lloran durante días hasta quedarse sin fuerza.
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