Un misil balístico lanzado por el régimen norcoreano esta semana
Muchos decían que si ya era sorprendente el encuentro entre Kim Jong-un y Donald Trump en junio de 2018 en un tercer territorio llamado Singapur, con el fin de rebajar la tensión que históricamente lo arrastraba durante décadas desde el armisticio de la Guerra de Corea. La comunidad internacional pensó que esto iba a ser el principio del fin de una larga batalla ideológica que no fue una tarea fácil de acortar durante incluso el fin de la Guerra Fría. "Hemos superado muchos obstáculos..." o "Vamos a tener una gran relación" decían. Un poco más de un año después, se reunieron en la zona desmilitarizada bajo la mediación de Corea del Sur, para intentar convencernos de que el mundo puede estar tranquilo. Durante este tramo, tanta gente me decía: "Por fin, Gabi, habrá paz en la península coreana. Estarás satisfecho".
"Entiendo que estas noticias pueden invitar al optimismo, pero aún queda mucho que observar. Sin embargo, no podría estar del todo contento", dije. Y efectivamente, parece que mis presentimientos no fallaron cuando el día 24 de julio lanzaron, ante la sorpresa de muchos y la mía incluso, dos misiles de prueba. Y durante esta semana, en varios días, más misiles se han lanzado que por parte de Corea del Sur se ha activado la alerta y quizá, esta acción haya decepcionado a muchos de aquellos que pensaron que el rumbo iba a ser algo más positivo y pacífico. Muchos tienen que darse cuenta de que el régimen norcoreano no puede eliminar de su programa de supervivencia, sea gradual o repentino, ya que supondría el hundimiento de su ideología que tanto les había "costado" en construirlo.
Es lamentable por mi parte, seguir manteniendo ese pesimismo hacia las acciones del régimen norcoreano. Sin embargo, tantos años observando los pasos contradictorios de la élite norcoreana que sigue sin atender las necesidades básicas de su población, me ha hecho que el tiempo de consideración sea mucho más largo. Y de ahí, la confusión que acabo de escuchar por parte de Trump hace apenas unas horas minimizaba dichas acciones que hace escasos años ponía en tensión a toda la comunidad internacional. Los enemigos lanzándose amables palabras entre ellos. Quizá no le falte mucho tiempo a Trump a elegir su destino vacacional Pyongyang. Tal como hizo su paisano Dennis Rodman hace algunos años bajo la atenta mirada de los medios.
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