9 ago 2019

La intención de 44 años después...

Cartel promocional para presentar la candidatura de los JJOO por ambas delegaciones coreanas

 Cuando vi por primera vez unos Juegos Olímpicos fue mediante unos videocassettes cuyo título era "88", la atracción hacia ese mayor evento deportivo que se celebra cada 4 años era inmediato. Se mezclaba varios factores. Desde la asociación de diferentes pruebas deportivas, sean de pelota, lucha o pruebas de resistencia hasta que el acontecimiento personificaba el entendimiento entre diferentes culturas y simbolizaba durante 16 días, de alguna manera la paz. Sin embargo, con el tiempo, uno se da cuenta que detrás de la celebración de unos Juegos se mezclan unos intereses económicos no muy transparente por parte de los organismos públicos que incluyen sobornos encubiertos para que no les descubrieran, sospechas puntuales de dopaje (sobre todo con los atletas rusos justo antes de Río 2016) y sobrecoste de las instalaciones que se convierten en deudas que finalmente tendrán que pagar los civiles (que pregunten a los canadienses después de Montreal 1976).

 Aunque en Europa, muchas ciudades intentan evitar formar parte de la lucha por ser la sede de unos Juegos por el sobrecoste que supone todo el proceso, en Asia, las ansias de que su ciudad natal el lugar elegido forma parte de orgullo nacional. El año pasado, los Juegos de Invierno ha sido en Corea del Sur, el año que viene en Tokio y en 2022 (el de invierno) en Beijing. Al ser el de 2024 en París y el de 2028 en Los Ángeles, e comité olímpico de Corea del Sur y Corea del Norte ha arrancado motores para que Seúl (al descartar Busan) y Pyongyang sean sedes conjuntas para albergar los Juegos de Verano de 2032. Quizá es una idea bienintencionada y ambiciosa que pueda recibir unos aplausos por parte de la comunidad internacional, pero el escenario que puede simbolizar la paz en la región tiene numerosos deberes que finalizar como dar por concluido el programa nuclear por parte del régimen norcoreano, juzgar a los culpables de las graves violaciones de derechos humanos en Corea del Norte y sobre todo, eliminar todo tipo de prejuicio entre los ciudadanos de ambas Coreas.

 Y la historia reciente nos ha demostrado que el cambio de legislatura en Corea del Sur cada cinco años, puede hacer que tambalee estas reuniones y apretones de manos entre ambos dirigentes que se muestran en los medios. La situación puede llegar a ser tan delicada que una expresión equivocada por parte de alguno puede conllevar a que las negociaciones se rompan o que cambie el curso de la historia. Como pasó con la caída del Muro de Berlín. Aunque, en este caso, el proceso no se sabe por dónde puede disparar. Si los Juegos de hace más de 30 años (el de Seúl) demostró de alguna manera aparcar las diferencias que había entre los dos bandos de la Guerra Fría, en el hipotético caso de que logren albergar estos Juegos, esperemos que sea el epílogo de la última frontera de dicha guerra. Aunque antes tendría que competir con alguna candidatura originaria de África que también se han mostrado interés estos días.

 Nota 1: En septiembre daré noticias relacionadas con el segundo libro (teatro) "Los obstáculos". Se hará presentaciones y esperemos que pronto lo veamos en algún escenario de España.

 Nota 2: El martes 14 de agosto, me harán una entrevista sobre los libros y Corea del Norte en Radio María a las 11:15 de la mañana en directo. Y también creo que se emitirá en 70 países. Para los residentes en España, acordaros que cada municipio tiene una frecuencia diferente. Gracias. 

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