13 feb 2014

Los intercambios bárbaros


 La relación de hermandad establecida entre China y Corea del Norte no se había destacado precisamente por la equidad que tanto realzaban a lo largo de las décadas anteriores. Aunque hubo conexiones culturales e ideológicas China era reticente a compartir algunas cosas valiosas que tenían en casa. Mientras tanto, el régimen norcoreano, quizá, era bastante inocente en cuanto a este vínculo y anualmente aportaba grandes cantidades de minerales y troncos de maderas llevados en impresionantes camiones para que China no perdiera la confianza en ellos. Las ciudades fronterizas como Musan o Hyesan carecían de su creación natural con los años. El verde desapareció hasta quedarse en un pasaje grisáceo y apagado.

 Cuando llegó la hambruna de los años noventa, Corea del Norte seguía aportando grandes cantidades de pétreos y leños a su país hermano. Miles de personas caían al mes sin poder pedalear hacia el camino de la supervivencia y China aportó solamente cáscaras de maíz limados hasta quedarse en polvo. Era un objeto que no puede comer adecuadamente el ser humano. Tanto que ni siquiera los cerdos, que son unos omnívoros, rechazaban ingerirlas. Pero no había remedio. De alguna forma tenían que rellenar el estómago. Así durante varios años hasta que la situación se recuperaba aunque las consecuencias eran bárbaras.

 Durante los últimos años, con los resultados de incertidumbre por el ensayo nuclear, el nexo de ambos países no está en el mejor momento. Incluso hubo una advertencia por parte del régimen chino. Si no paraban los ensayos, iban a suspender la ayuda financiera que se distribuía de formal anual. Entonces, el régimen norcoreano pensó en una idea. Si China colabora en deportar a los desertores norcoreanos que huían por el hambre, iban a contribuir más madera de calidad a las autoridades chinas para fomentar la industrialización de la zona. Como siempre, las víctimas son los inocentes. Aquellos 250.000 norcoreanos que siguen deambulando por la tierra china en busca de aquella cosa que siguen desconociendo. 

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