Desde que Kim Jong-Eun subió al poder, durante su mandato, no ha sido capaz de tener una reunión oficial con el máximo mandatario chino Xi Jinping. ¿Evidenciaría eso una relación no muy enérgica entre ellos? Unos dicen que si y otros dicen que no. Opiniones varias. De forma ideológica ambos países siguen siendo próximos poniendo el ejemplo de la felicitación que mandó Xi a Kim por su "reelección" como el líder supremo en Corea del Norte con 686 diputados a favor del joven haciéndonos pensar que la perfección existe en una zona donde muy difícilmente se accede. Aunque también se puede pensar que el mensaje puede ser algo meramente protocolario pero que no aportaría nada especial entre la relación de los dos.
No hace mucho (a finales de marzo) el régimen norcoreano había dicho de forma tímida que China ya no podría ser su mejor aliado y que poco a poco se está convirtiendo en su enemigo ya que, para ellos, el país gigante no aporta lo suficiente para cuidar el socialismo. Además, la reciente reunión entre Xi y la presidenta Park hizo que pensar que China se está alejando de ellos cada vez más. Mientras tanto, se está inaugurando en la zona fronteriza de ambos países una línea de tren con el propósito de tener algún ingreso para evitar el desastre económico. Discuten y se abrazan. Se pelean y conversan. Si las fricciones crecen entre ellos, acabarán divorciándose y será cuando, acto seguido, presenciemos el siguiente capítulo de la desgracia o la caída de Corea del Norte. Es cuestión de tiempo.
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