15 feb 2015

Contar dos versiones diferentes


 No se engañe si de repente con estas imágenes Corea del Norte nos dé una impresión tratando de mostrar el "milagro económico" de un día para otro y que a partir de ahora toda la población (o la mayoría) pueden disfrutar una vida próspera. Ahora bien, la verdad es esta. En estas cuatro imágenes, sacadas por la agencia de noticias estatal del país, se puede ver a Kim Jong-un volando en su avión privado y observando Pyongyang junto a la gente de confianza que han tenido la oportunidad (?) de dialogar con él en el aeroplano. Desde que está en el poder, salir espléndido en las fotos se ha convertido en una actividad imprescindible para Kim. Puede ser una forma de mostrar al mundo que Corea del Norte ya no es aquel país que padeció la peor crisis alimentaria en los años noventa y finales del 2000 por la reforma monetaria.

 Raramente veíamos imágenes de apariencia pública de Kim Il-Sung o Kim Jong-Il porque décadas anteriores el secretismo en el régimen era mucho más practicada que en la actualidad. Aunque esto no significa que estos días tengamos un acceso total a la cerrada sociedad norcoreana. Pero con el actual mandatario norcoreano se sabe más que antes que actividades diarias realiza el régimen norcoreano aunque para los críticos como nosotros toda la esta estrategia tiene motivos propagandísticos. Porque básicamente salen personas sonrientes, edificios bien elaborados, lugares llenos de color y niños exentos de la desnutrición. Es decir, la prosperidad engañosa del uno o dos por ciento de la población total de Corea del Norte.

 Según los testimonios de los refugiados norcoreanos que están en Corea del Sur, desde muy pequeños, han sido educados que los líderes anteriores cuidan el país en una caseta pequeña y comiendo solamente al día una pequeña ración de arroz y un bol con caldo de verduras. Y que la calidad de su vestimenta es incluso pésima que de los agricultores. Si lo dice los miembros del Partido de los Trabajadores, ellos se han de creer. Y se sienten orgullosos de los Kim aceptando la mentira que acaban descubriéndolo en terceros países después del escape. Pero si usted está aún en Corea del Norte, le seguirá contando la versión oficial y tramposa y se lo creerá. Una vez que está fuera del país, acabará descubriendo la parte verdadera e incómoda y no parará de rabiarse durante algún tiempo por el gran engaño. 

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