10 may 2012

El menosprecio (aún) existente


 Muchos que llevan tras un tiempo establecido en Corea del Sur, lamentan el menosprecio aún existente y eso hace barajar la salida hacia otros países como Estados Unidos, Canadá, Japón o incluso países europeos. El pavor de revelar su identidad sigue presente y la superficialidad que impone la sociedad coreana forma parte de sus angustias. Cada año existen casos de maltrato psicológico (en su mayoría) e incluso físico sólo por venir de Corea del Norte. Cuando llegaron después de superar la prueba más difícil que era conseguir escaparse de China, sus objetivos más próximos están siendo nublados por la desconsideración aún pendiente de los que piensan que los desertores norcoreanos son "hijos" de los comunistas. 


 Salir a terceros países hace que sea una alternativa apetecible aunque eso no hará gozar del privilegio del estatus de refugiado en países ya firmado de los convenios correspondientes ya que al llegar a Corea del Sur le han concedido automáticamente la nacionalidad. Aún no es un número considerable de aquellos que barajan esta medida por la presión que sufren sólo por nacer en Corea del Norte pero reflexionan y deciden viajar. Muchos, sin conocer las leyes inmigratorias de estos países, cumplimentan la solicitud de la concesión del estatus de refugiado aunque claramente se verá denegada por tener el pasaporte surcoreano. Según las administraciones, a los surcoreanos no les pueden conceder este estatus. Es decir, es más favorable conceder a los llegados directamente de China o Rusia que de Corea del Sur.

 A lo largo de sus vidas, los obstáculos no desaparecen sino que se replantan. Después de escapar de Corea del Norte y China, la mala relación con la sociedad surcoreana y su posterior traslado a países lejanos hace pensar como conseguir saltar su próximo obstáculo: arreglar su situación irregular en el país y conseguir una mejor vida para sus descendientes. La mayoría consiguen gracias al esfuerzo y la constancia que identificamos a cada uno de nosotros. Pero otros deciden tomar la opción más trágica y terrible: el suicidio.

 Nota 1: Me pregunto si el gobierno surcoreano pondrá en marcha un programa eficaz para mejorar la igualdad entre los desertores norcoreanos y los ciudadanos surcoreanos para evitar consecuencias negativas mayores. 

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